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Evgeny Sinitsyn Alexander Pokryshkin - el genio de la guerra aérea. La psicología del heroísmo Rusia, Novosibirsk, 2008 La táctica "de la caza libre" de los ases alemanes. La parte 6
La línea distintiva de las memorias de Lipfert es la descripción de los ataques numerosos aéreos en los que los pilotos soviéticos solamente intentaban de poner pies en polvorosa, no intentando asestar un golpe mortal en «Messerschmitt». Lipfert encontraba fuertes a aquellos pilotos rusos, quienes de ellos tenían la maestría irse del fuego de sus cañones y ametralladoras. A pesar del arte alta de perseguir del adversario y derribar su avión, Lipfert no podía apuntar el caza ruso que en el último momento se iba. Cuando leemos los libros de Pokryshkin, vemos el cuadro completamente otro: disparan y aquellos y otros. Va la batalla mortal. Los ataques de Lipfert e otros cazadores alemanes, aparentemente, se puede llamar unilaterales. Los duelos en el aire de Pokryshkin y sus camaradas de regimiento eran multilaterales, todos aspiraban a pasar en la cola uno a otro, todos aspiraban a destruir uno a otro. En el duelo de los boxeadores iguales e incluso no iguales en sus fuerzas no hay la situación, cuando uno bate a otro de atrás. Cada uno tiene la posibilidad de ganar. Un avión solitario en el aire, como ha dicho Pokryshkin, el objetivo seguro para el enemigo, es posible decir - el blanco vivo para el enemigo. «Todavía a la parte alemana nos hemos subido al borde inferior de las nubes, y luego con la velocidad grande picamos a través de la línea del frente. Durante diez minutos patrullábamos paralelamente la línea del frente en tres kilómetros en el fondo del territorio ruso. Luego me parecía que como si dos sombras se nos acercan del este. Esto eran dos aviones enemigos, porque solamente los rusos podían tan despreocupadamente flotar en el aire. Les hemos dejado pasar de arriba y nos manteníamos prácticamente un poco más arriba de tierra, mientras ambos aviones no se encontraban en el territorio alemán», - describe Lipfert en su diario uno de los casos del encuentro con un par de «Yaques» soviéticos (13, p. 76). Después los acontecimientos, según los recuerdos de Lipfert, se desarrollaban como en el caleidoscopio. «Hemos emprendido nuestro primer ataque. Ellos, debe ser, nos han visto, porque empezaban a dar vueltas. A pesar de la velocidad alta, he pasado con todo en la cola al ruso avión acompañante. Cuando he abierto fuego, todos tres mis «tubos» dejaron de funcionar. El ruso ha tenido suerte» (13, p. 76). En el combate el fracaso de uno abre la vía a la victoria a otro, pero un piloto ruso no se ha aprovechado de esa situación. Los acontecimientos del duelo ulterior comienzan a desarrollarse en la infracción de todas las leyes del cálculo (teoría) de probabilidad. Otro ruso ha dado vueltas y ahora era detrás de nosotros, pero todavía demasiado estaba lejos para abrir fuego. En la altura de 300 metros ha comenzado un combate. Los rusos volar podían, lo he notado en seguida. En aquel tiempo perseguíamos el primer avión el que se acercaba. La situación no era segura para nosotros. Yo he recargado su fusil y ha sacudido su avión. Luego he cogido al ruso en la mira. Y un vez más el arma dejó de funcionar. ¡Maldición! ¡Que mala suerte!» (13, p. 76). Lipfert se ha ido en la altura, y su avión acompañante se encontraba en la posición más peligrosa, puesto que el primer piloto ruso se le acercaba de la cola y se preparaba para abrir fuego a la derrota. Lipfert con ametralladoras que no trabajan y con cañón decide ayudar a su avión acompañante de modo singular, él pica en la parte vecina del espacio aéreo, donde está volando el piloto ruso el que se ha preparado disparar. Lipfert se encuentro al lado aparte del caza ruso y ve en cabina del piloto ruso. La reacción del piloto ruso a esta situación es increíble. «Cuando él me vio, así se asustó que viró bruscamente su Yac a la espalda y ha comenzado a cumplir el seminudo en la altura inadmisiblemente pequeña. El piloto ruso, debe ser, en seguida ha comprendido que ha caído en la posición desesperada. Él intentaba equilibrar desesperadamente su avión, pero la tierra se acercaba demasiado rápidamente. Dejando detrás de sí la huella densa inversiva, el ruso se movía rápidamente a la tierra. Él podría hasta acabar la maniobra, si no hubiera sido una pequeña colina. Yo no he seguido detrás del ruso, y ha cumplido simplemente el viraje con el descenso y, observando, como aquel al chocar con la tierra, se ha deslizado aproximadamente 50 metros y, al fin, se ha clavado en la casa rural» (13, p. 76). Esta victoria de Lipfert nos da todavía uno hasta para la guerra el hecho insólito y todavía una posibilidad de estimar de las partes distintas la eficiencia extremadamente alta en duelos aéreos de los ases alemanes que la mayor parte de sus misiones de combate han realizado en «la caza libre» persiguiendo los aviones soviéticos. Matemática siempre ayudaba buscar la verdad, ya que aportaba la objetividad en la corriente real de los acontecimientos. El número es la noción matemático y A.Smirnov por medio del número explica y argumenta su posición en comparación de la eficiencia de la actividad de combate de los pilotos durante la Segunda Guerra Mundial. Al principio del libro él escribe que la lucha contra la aviación del adversario es su tarea - los cazas la deciden ante todo por medio de la destrucción de los aviones enemigos. «Al mismo tiempo el exponente esencial de la eficiencia de cumplir de las tareas de combate es el nivel de las derrotas sufridas por el ejército». Por eso es necesario encontrar aquella aviación de caza de la más eficaz la que en el estado destruir cuanto más aviones del adversario al perder con esto por influencia del último la cantidad menor de suyos (25, p. 12). Todos los historiadores que investigan la guerra aérea tienen la opinión que es única y es que para apreciación de la eficiencia de la aviación de caza sobre la guerra tiene que usar un simple criterio matemático: el número de los aviones del adversario los que fueron derribados y abatidos y el número de las pérdidas de suyos aviones. Para la objetividad usamos también la expresión matemática, pero la corrigiendo con coeficiente de la dificultad (complicación) de la victoria, partiendo de no equivalencia de las victorias en el combate aéreo. Es evidente que por su naturaleza física y psicológica el combate aéreo se funda en torrente probabilista de acontecimientos. Unos acontecimientos menos probables suceden más raramente, y unos acontecimientos más probables suceden más a menudo, los acontecimientos con valores insignificantes de probabilidad no suceden prácticamente nunca. Existe tal noción como la probabilidad del acontecimiento simultáneo. Esta probabilidad es igual a producto de probabilidades de cada acontecimiento, si no dependen uno de otro. Un piloto ruso pasa en la cola al avión acompañante de Lipfert, es claro para esto hacer, es necesario ser un piloto hábil y, en segundo lugar, ser extremamente concentrado en aquel sector del combate, donde él se encuentra con sus enemigos. Daremos la interpretación matemática de acontecimientos que han sucedido en este duelo, y mostraremos, como ha sido infinitamente poco la probabilidad de la derrota del piloto ruso en este combate. Designaremos a través de A1 el acontecimiento que consiste en lo que el piloto ruso se acerca rápidamente por el lado de hemisfera trasera con el avión acompañante de Lipfert. Designaremos la probabilidad del acontecimiento A1 a través de P1. Encontraremos que en esta situación P1 (A1) = 0.7. Designaremos a través de A2 el acontecimiento que consiste en lo que la distancia hasta el avión enemigo se hace dentro de los límites de abrir del fuego. Designaremos a través de P2 la probabilidad del acontecimiento A2. Supondremos que P2 (A2/A1) = 0.7. En el momento de llegar del acontecimiento A2 en la conciencia del piloto ruso surge el foco de la tensión que se descargará solamente en caso cuando un piloto alcance su objetivo y al abrir fuego, habrá derribado el avión enemigo. Cuanto más esperado el objetivo, tanto más fuerte motivación para alcanzarle. La tensión y la motivación provocan juntos la reconcentración más fuerte en el objeto que engendra este objetivo. Designaremos a través de A3 el acontecimiento que consiste en lo que en la conciencia del piloto ruso surge la reconcentración fuerte en el objetivo. La probabilidad del acontecimiento A3 designaremos a través de P3. Ya que el acontecimiento A3 casi siempre corresponde al ataque, supondremos P3 (A3/A2) = 0.8. Realmente, durante a la persecución del avión del adversario y la preparación del momento de abrir del fuego en el avión enemigo en su cerebro (en conciencia ) de cualquier piloto surge la imagen de corta duración fija la que crea el efecto de la dominante expresada. La dominante predomina en la conciencia sobre la actividad pensadora y la conducta de la persona. En la imagen fija como en el foco se concentran todas las fuerzas mentales y la mayor parte de la energía mental. Todo es apretado en un nudo: el objeto del ataque - el caza enemigo, la mira, medida continua en la conciencia de la distancia hasta el avión alemán, el deseo de acercarse hasta el límite al caza del enemigo y el gatillo de ametralladora. En este caso cuatro nociones básicas: la mira, el avión enemigo, la distancia hasta el avión enemigo y el gatillo, participan en la formación del contenido informativo lógico de la conciencia del piloto. Todo que molesta al logro del objetivo es desplazado al margen de la conciencia. No hay aquella fuerza la que cambiaría en este momento el contenido de la conciencia del piloto que trata coger en la mira el avión enemigo. Para demostrar el estado de la obsesión del piloto en el momento cuando él intenta derribar el avión enemigo y, cuando no hay el tiempo para cogerlo en la mira, llevaremos el relato del as famoso de I.N.Kozhedub. En uno de los combates I.N.Kozhedub, siendo alférez, perseguía «Junkers» por el lado de su cola. La situación que ha ocurrido con este piloto ruso, era típica. Kozhedub cuenta sobre su estado: Bajo el fuego del adversario piloteo de nuevo el avión en el ataque. Paso al «Junkers» en la cola. Me aproximo. Cojo en la mira. Parece que la distancia es favorable. Aprieto los gatillos. Los cañones comenzaron a trabajar. Pero «Junkers» no cae. Disparo de nuevo. El avión de bombardeo alemán ha comenzado a maniobrar. Se olvido de todo que se hace alrededor. Veo sólo «Junkers» y continúo disparar …» (25, p. 326). Prestaremos atención a las palabras de Kozhedub: «se olvido de todo que se hace alrededor». Toda la última frase de Kozhedub sobre su estado psicológico, destaca una vez más el poder implacable de la dominante en su conciencia la que está orientada solamente a la derrota del avión enemigo. La dominante avasalla por completo la conciencia y condiciona en 90 % de los casos la conducta de la persona. Para derribar un caza enemigo, salir a la posición de choque, para este instante suben al cielo de la guerra los pilotos de caza. Se acordaremos del momento, cuando Pokryshkin al derribar «Henkel», picaba tras de él para rematarlo, y apenas no se clavaba en tierra, al arrancar de milagro su «Mig» del picado en 10 metros de tierra. ¿Que pasa en este combate descrito por Lipfert? De repente todos los esfuerzos del piloto ruso se hacen vanos, cuando él ve la cara del enemigo y cae del miedo en el pánico. El susto le está paralizando, un objetivo desaparece del campo de su conciencia. Pero para esto es necesario exclusivamente fuerte conmoción, casi de choque. Llega el turno del acontecimiento siguiente el que designamos como A4 a condición que antes ya ha llegado el acontecimiento A3. El acontecimiento A4 es que el estado mental del piloto ruso se cambia bruscamente en opuesto. Un piloto ruso el que antes de la aparición en el lado del caza alemán se encontraba en el estado de la excitación extrema, en el estado del cazador el que alcanza su botín de guerra en el estado del odio agudizado al enemigo. Y de repente él siente el más fuerte susto y el pánico. Y este sentimiento del miedo interrumpe hasta el sentimiento del odio. Aunque en las batallas esto sucede, de las consideraciones generales es posible creer que la probabilidad de tal cambio brusco de los estados mentales está poco probable. La probabilidad del pánico súbito del piloto ruso designaremos como P4 y su valor en la situación dada creemos es igual P4 (A4/A3)= 0.2. Más probable sería según la lógica de acontecimientos tal continuación de este combate - el piloto ruso continúa la persecución del avión acompañante de Lipfert y abre fuego a la derrota. En caso del éxito el piloto ruso alentado por la victoria, maniobrando debe emprenderla con Lipfert, pero antes ya dos veces el arma de Lipfert dejó de funcionar. Así que la salida de este duelo podía ser por completo opuesta. Detrás del acontecimiento A4, según el relato de Lipfert, sigue el acontecimiento A5 el que consiste en la reacción espontánea del piloto ruso que ha visto al lado «Messerschmitt». Pero después de la reacción mental del susto la que era la consecuencia de que ha visto al lado «Messerschmitt», ha sido aún más poco probable la conducta del piloto ruso. En el estado pánico ha comenzado a cumplir la acrobacia aérea - la maniobra - el seminudo en la altura pequeña en la proximidad peligrosa de la tierra, al dejar la persecución del avión acompañante de Lipfert para irse del peligro visible. Como si por varita mágica, el piloto ruso, como quería Lipfert, en seguida cesa todas las acciones dirigidas a la destrucción del caza enemigo. La probabilidad de este acontecimiento debe ser aun menos que P4, puesto que, en primer lugar, la imagen (fija) importuna de la carrera y la sed de abrir fuego a la derrota no desaparecen en seguida de la conciencia, en segundo lugar, detrás del acontecimiento «la desaparición» de la imagen (fija) importuna como la consecuencia desaparece el estado del recogimiento sobre el objeto del ataque. La trayectoria de la tragedia del piloto ruso se desarrolla como si según el plan fijado. En la cadena siguiente de los acontecimientos comienza el acontecimiento A5 que consiste en lo que la reconcentración en «Messerschmitt» que «pone pies en polvorosa» desaparece instantaneamente, un piloto ruso ve al lado todavía un «Messerschmitt». Cuando es necesario, los pilotos no ven el peligro y mueren, y aquí, cuando no es necesario, la mirada del piloto atacante se distrae del objetivo. Designaremos a través de la probabilidad P5, la llegada del acontecimiento A5, en condiciones que antes ha comenzado el acontecimiento A4. Aceptaremos que P5 (A5/A4) = 0.3. Surge la pregunta natural. ¿Por qué encontrandose en la posición ventajosa para abrir el fuego a la derrota, un piloto ruso solamente al ver otro avión enemigo, entró en el estado del pánico? En el cerebro del piloto está sólidamente el estereotipo principal del combate aéreo - el avión de caza abre fuego solamente por la línea de su nariz, de costado él no está terrible. El espolonazo. Pero los ases alemanes nunca al espolonazo iban. Pero después, según la descripción de Lipfert, la situación se desarrolla es excepcionalmente impredecible y, se puede decir, es prácticamente increíble. Un piloto ruso al asustarse, reacciona instantaneamente y hace la maniobra complicada la que tiene que ver con la acrobacia aérea de alta escuela. ¿Con que objetivo él lo hace? ¿Para irse, pero de que? ¿De las trazas de fuego que vuelan a él? ¡No! Solamente de la vecindad peligrosa, pero no tan simplemente esta vecindad de costado transformar en el fuego de puntería. Lo segundo. Solamente el as puede tan rápidamente reaccionar y usar el semirizo. Pero si esto era al maestro superior con la reacción insuperada, nunca perdería el objetivo justo al avión el que casi ha alcanzado y era ya en la distancia para abrir fuego a la derrota. Surge una contradicción: por un lado, el piloto ruso se porta como un as - el maestro del combate, ya que solamente el as tiene tan instantanea reacción, cuando él se va del enemigo, cumpliendo la maniobra complicada. Por otro lado, el piloto ruso se porta como el piloto inexperto; él, encontrandose en la situación ventajosa - en el estado de pánico - hace lo que le llevará la muerte. Designaremos como A4 la probabilidad P6, el acontecimiento cuando el piloto ruso hace el seminudo. Designaremos como la probabilidad P7 la posibilidad de lo que por altura pequeña el piloto ruso no pudo equilibrar su caza, acabar la maniobra, cayó a tierra y su avión se rompió, al estrellarse en la casa. Aceptaremos tales valores de probabilidades P6 (A6/A5) = 0.1, P7 (A7/A6) = 0.6 Así, Lipfert ha alcanzado la victoria, sin hacer ni un tiro, teniendo el arma que ya dejó de funcionar. La probabilidad de la pérdida del piloto ruso es igual a producto de probabilidades condicionales de todos los acontecimientos enumerados más arriba y, es evidente, será muy pequeña, ya que P = P1 x P2 x P3 x P4 x P5 x P6, O poniendo los valores numéricos de estas probabilidades, recibiremos: P = 0.7 x 0.7 x 0.8 x 0.2 x 0.3 x 0.1 x 0.6 = 0.001 Así, usando los cálculos simplísimos matemáticos, recibimos la irrealidad práctica de aquel episodio de combate el que ha sido descrito en el estilo de aventuras en memorias por Lipfert.
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